Miocardiopatía Dilatada
Es una enfermedad congénita en la cual el corazón del perro se estira, se comienza a debilitar y ya no puede contraerse de forma eficaz. Las cámaras dentro del corazón dejan funcionar de manera óptima, lo que provoca una disminución en la cantidad de sangre que el corazón envía al cuerpo. Después de un tiempo, esto afecta al funcionamiento de los riñones.
Nivel de riesgo
Alto, debido a que intervienen órganos vitales como el corazón y los riñones, lo que puede poner en peligro la vida del perro si no se trata a tiempo.
Nivel de contagio
Nulo, es un padecimiento de origen congenito.
Síntomas
Un perro puede morir sin haber presentado síntomas con antelación, no obstante, algunos de los más comunes son:
Tos y dificultad para respirar.
Pérdida de peso.
Desmayo o episodios de colapso.
Debilidad o intolerancia al ejercicio.
Hinchazón del abdomen.
Causas
Se trata de un padecimiento de origen congénito y hereditario.
Valoración
El veterinario debe basarse en la historia clínica del perro, los hallazgos de exámenes físicos y pruebas específicas hacia el corazón. En el examen físico, se utiliza el estetoscopio para escuchar al corazón e identificar si hay algún soplo cardiaco, frecuencia o ritmo cardiaco anormal. También se recomienda realizar análisis de sangre, toma de rayos x, verificación de la presión arterial, un ecocardiograma (ultrasonido cardíaco) y un electrocardiograma para evaluar frecuencia y ritmo de los latidos.
Tratamiento
La hospitalización es necesaria para estabilizar al perro. Se administran medicamentos para disminuir el trabajo de su corazón, mejorar la capacidad del músculo, controlar las arritmias y ayudar a eliminar los líquidos.
Rehabilitación
Se recomienda una dieta baja en sodio. Si la enfermedad se debió a una deficiencia de carnitina o taurina, será necesario un tratamiento suplementario de éstas.
Prevención
Debido a su carácter congénito y hereditario, no existe prevención 100% aprobada.
Dejar un comentario